La empresa está compuesta por múltiples y muy variados elementos. Podríamos hablar de las personas, el capital, las herramientas, su localización, las herramientas, y un largo etcétera. Entre esos elementos, también puede estar el código de vestimenta de la empresa, ya que su importancia será más relevante de lo que pueda parecer.

El código de vestimenta en la empresa

El código de vestimenta es un conjunto de normas y directrices que se establecen en una empresa para regular la forma en la que los empleados deben vestir mientras trabajan. También podría aplicarse cuando, de una forma u otra, están representándola.

La importancia del código de vestimenta del trabajo

Servirá para mantener una apariencia de profesionalismo y coherencia, y podrá reflejar la cultura y los valores empresariales. Además, podrá servir para evitar posibles conflictos que pudieran surgir, principalmente relacionados con simbología.

Cómo comunicarlo

El código de vestimenta laboral debe venir reflejado en un documento que entregar y poner a disposición de los empleados. Desde el primer momento en que se cree o actualice, y en el onboarding del trabajador.

Este documento deberá hablar de tipos de prendas, colores, estilos, accesorios, calzados, etc. Y siempre serán muy útiles unos ejemplos visuales.

En empresas más pequeñas y casos más sencillos, podrá bastar con dar unas recomendaciones de forma verbal.

Pautas para elegir el código de vestimenta en la empresa

Si la empresa decide marcar cómo deben vestir los empleados, conviene valorar diferentes asuntos para definirlo.

– Cultura de empresa y tipo de industria: la vestimenta deberá ir alineada con la temática y filosofía de la compañía. También conviene entender el sector en que nos encontramos.

– Diferenciación de rangos y departamentos: también puede ser interesante marcar diferentes códigos según esos aspectos. Los cometidos a realizar y las personas externas con las que se relacionan pueden tener importancia.

– Comodidad: en línea con lo anterior, es necesario valorar las tareas que van a llevar a cabo. En algunos casos, los trabajos físicos no permitirán ciertas indumentarias.

– Valorar ocasiones especiales: es interesante mencionar aquellas jornadas o actos no convencionales y el código de vestimenta que correspondería.

Otros aspectos

– Evitar prendas con simbología: las más comunes pueden ser aquellas con mensajes políticos o con equipos deportivos como protagonistas. Éstas pueden llegar a provocar enfrentamientos, herir sensibilidades, y mostrar una imagen incorrecta de la empresa.

– Formalidad ante la duda: una vestimenta elegante siempre proyectará una buena imagen de la empresa y el trabajador. Y recordemos que este punto es muy importante a la hora de crear una marca.

Diferencia entre código de vestimenta y uniforme

Ambos conceptos están relacionados y hacen referncia a unas normas sobre cómo ir vestido en el ámbito laboral, pero su objetivo y definición son distintas. Mientras en el código de vestimenta de empresa se permite cierta flexibilidad de elección dentro de unas pautas, el uniforme está compuesto de unas prendas concretas que serán obligadas de utilizar.

El uniforme además es un elemento en el que debe reflejar la identidad de la empresa, con los colores corporativos y/o el logo de la marca frecuentemente. Y, por su parte, el código de vestimenta contempla elecciones y prendas personales.

En cualquier de los casos, son aspectos a valorar y que ayudarán al buen funcionamiento de la empresa. Como cualquier asunto de gestión, económico o de operaciones.