Ya hemos abordado en numerosas ocasiones las infracciones laborales de las empresas, y hoy vamos a cambiar el prisma. La empresa es un espacio compuesto por una serie de personas diferentes donde todo debe funcionar. Y en un contexto de productividad, seguir unas normas básicas, incluso lógicas, será muy importante. Así, vamos a hablar de las obligaciones de los trabajadores. Una serie de reglas que siempre se deberán cumplir independientemente del sector.
Obligaciones de los trabajadores
En la empresa existen una serie de obligaciones para las empresas y para los trabajadores. Para estos últimos, podíamos destacar las siguientes:
1. Asistencia y puntualidad
Faltar al trabajo o eludir las normas de horario puede suponer un incumplimiento de la jornada laboral. La empresa debe estar siempre atenta y evitar el absentismo laboral, ya que no deben existir faltas injustificadas al trabajo. Las bajas siempre deberán ir acompañadas de un justificante médico o emitido por la entidad correspondiente que valide una ausencia del empleado.
La puntualidad y la asistencia son pilares fundamentales para el buen funcionamiento de cualquier equipo y la consecución de objetivos. Un empleado puntual demuestra compromiso y respeto por el tiempo de sus compañeros y de la empresa. Tal es la obligación que el Tribunal Supremo ha avalado reducir la nómina por impuntualidad.
2. Cumplimiento de las responsabilidades laborales
A cada trabajador, valorando previamente sus capacidades y actitudes, se le contrata para la realización de unas tareas y la consecución de unos resultados. Estos deberes laborales del trabajador deberán ser cumplidos.
La proactividad, la eficiencia y la calidad en la ejecución de las tareas asignadas son cruciales. El desempeño individual impacta directamente en el rendimiento colectivo y en la reputación de la empresa.
3. Fichar las horas de trabajo
El registro horario de los trabajadores es obligatorio desde 2019. Ya lo era para marcar las horas extra, pero desde entonces tienen la obligación de fichar en el trabajo siempre, independientemente del horario y del tipo de jornada realizada.
Ahora hay un nuevo punto de inflexión, ya que todo indica que en 2025 las empresas deberán contar con un sistema de control horario digital y cumplir requisitos como la trazabilidad, la inalterabilidad y el correcto registro durante al menos 4 años.
4. Realizar una comunicación efectiva
Es un deber interesarse por las necesidades, transmitir problemas e inquietudes a los superiores y tener una actitud colaborativa con los compañeros. En una empresa, es difícil trabajar de manera estrictamente independiente. Prima siempre el trabajo en equipo para la consecución de objetivos comunes.
Una comunicación clara y proactiva evita malentendidos, agiliza procesos y fomenta un ambiente de confianza y cooperación, esencial para el éxito de cualquier proyecto.
5. Conducta adecuada y respeto
No por parecer obvio, hay que dejar de recordarlo. Como decíamos, en la empresa coinciden diferentes personas, en algunos casos muchas y muy diferentes. Y, como en cualquier ámbito de la vida, es necesario mantener una actitud cordial, amigable y educada. Esto será vital para evitar un mal ambiente laboral, lo que a su vez influirá muy positivamente en la productividad de la empresa.
El respeto mutuo, la empatía y la profesionalidad en el trato son imprescindibles para construir un entorno de trabajo armonioso y productivo, donde todos se sientan valorados y cómodos.
6. Cumplimiento de las Normas de Seguridad y Salud Laboral
Los trabajadores tienen la obligación de velar por su propia seguridad y salud en el trabajo, así como por la de aquellas otras personas a las que pueda afectar su actividad profesional. Esto incluye seguir la normativa de prevención de riesgos laborales, los procedimientos de seguridad establecidos por la empresa y notificar cualquier situación de riesgo. En ciertos empleos de riesgo las normas son más estrictas.
El incumplimiento de estas normas no solo pone en peligro al propio trabajador, sino también a sus compañeros y la integridad de la empresa.
¿Qué pasa si el trabajador no cumple sus obligaciones?
Todas estas obligaciones de los trabajadores vienen dentro de estatutos, convenios y, por supuesto, un sentido lógico. Y, un incumplimiento de contrato de trabajo por parte del trabajador, podrá suponer importantes consecuencias. Las consecuencias varían en función de la gravedad y la recurrencia de la falta, e irán desde y las empresas deben actuar siempre conforme a la legalidad. Estas pueden ser del siguiente tipo:
Sanciones disciplinarias
Ante faltas leves, la empresa puede imponer sanciones como amonestaciones verbales o escritas. Para faltas más graves, se pueden aplicar suspensiones de empleo y sueldo por un periodo determinado. Estas sanciones deben estar tipificadas en el convenio colectivo o en el Estatuto de los Trabajadores.
Reducción de nómina
En casos de ausencias injustificadas o incumplimiento del horario, como no fichar, la empresa puede proceder al descuento de la parte proporcional del salario correspondiente al tiempo no trabajado. Esto se debe a que el salario se devenga por el trabajo efectivo. Como ya hemos citado, está avalado por el Tribunal Supremo.
Pérdida de incentivos o bonus
Si el incumplimiento afecta al rendimiento o a la consecución de objetivos, el trabajador podría perder el derecho a percibir bonus, comisiones o cualquier otro incentivo vinculado a su desempeño.
Despido procedente
Para las faltas muy graves, reiteradas o que causen un perjuicio significativo a la empresa, el incumplimiento de contrato de trabajo por parte del trabajador podrá suponer la causa de un despido disciplinario, que se considera un despido procedente. En este caso, el trabajador no tiene derecho a indemnización por despido, aunque sí a la liquidación de las cantidades devengadas (salario del mes, vacaciones no disfrutadas, etc.). Ejemplos de causas para un despido procedente incluyen:
- Faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad.
- Indisciplina o desobediencia en el trabajo.
- Transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo.
- Disminución continuada y voluntaria del rendimiento de trabajo normal o pactado.
- Acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo.
Responsabilidad por daños y perjuicios
En situaciones extremas, si el incumplimiento del trabajador causa un daño económico directo y cuantificable a la empresa (por ejemplo, por negligencia grave en la manipulación de maquinaria o información confidencial), la empresa podría reclamar una indemnización por los daños y perjuicios sufridos, aunque esto es menos común y requiere una demostración clara del perjuicio.
Es crucial que las empresas cuenten con un sistema de gestión de recursos humanos y un control horario digital óptimo. Esto no solo facilita el cumplimiento de las obligaciones del trabajador, sino que también proporciona la evidencia necesaria para una gestión disciplinaria justa y legal, minimizando riesgos y garantizando la seguridad jurídica para ambas partes.