En el marco legal español existen diferentes tipos de contratos de trabajo que la empresa puede utilizar en función de sus necesidades. Uno de ellos es el contrato fijo discontinuo de 2022, que fue creado en una reforma con la que se pretende acabar con la temporalidad. Sería con un modelo peculiar que a continuación vamos a explicar, comentando sus características, cómo utilizarlo, y cuándo conviene hacerlo.
¿Qué es el contrato fijo discontinuo?
El contrato fijo discontinuo es aquel que contempla una actividad laboral que se desarrolla intermitentemente, pero de manera estable y recurrente. Es muy útil en aquellos sectores y actividades donde la estacionalidad es protagonista.
De esta forma, el trabajador forma parte de la plantilla y la empresa está obligada a contar con los trabajadores que se encuentren bajo este contrato cuando aparezcan la necesidad de contar con más empleados. Dicho de otra manera, el empleado tiene el derecho de trabajar cuando la empresa requiera de esos servicios, y la empresa el de contar con él sólo cuando lo necesite.
Todos sus detalles vienen plasmados en el artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores, pero vamos a explicar las particularidades de este modelo de contrato.
Características y peculiaridades del contrato fijo discontinuo
– Duración máxima: Estaríamos ante un contrato indefinido, por lo que podría alargarse tanto como sea deseado.
– Vacaciones: es habitual que no se cambie el criterio, y que los días de vacaciones que se generen vayan en función del tiempo trabajado.
– Número de horas: puede darse con un contrato a jornada completa o a tiempo parcial.
– Ocupación: aunque el empleado se encuentre en inactividad y, por lo tanto, no esté recibiendo una nómina, no contará como desempleado en las estadísticas.
– Subsidios: Un trabajador bajo el contrato de fijo discontinuo tiene derecho a paro si ha cotizado al menos 360 días en los últimos seis años.
– Otros empleos: un empleado en esta condición puede prestar servicios a otras empresas siempre que, evidentemente, no coincidan en tiempo, que no se caiga en concurrencia desleal, o que haya reflejada una exclusividad en dicho contrato.
Ventajas e inconvenientes
Ventajas para empresas
– Posibilita mantener a un equipo estable, sin necesidad de formar e integrar continuamente a nuevos trabajadores.
– Permite centrar gastos en personal en periodos concretos donde la producción lo demanda.
– Hay una reducción del 100% de las cuotas empresariales para aquellas empresas con menos de 250 trabajadores, y de un 75% para las que superen esta cifra de contratados.
Inconvenientes para empresas
– Será necesario adquirir un compromiso de larga duración con el empleado.
– Dificulta la posibilidad de probar nuevos perfiles.
Ventajas para trabajadores
– Mismos derechos que los empleados en contrato fijo “continuo”.
– Estabilidad laboral, aunque sin garantías de poder prestar los servicios de manera asidua.
– Mayor indemnización en caso de despido.
– Posibilidad de cobrar paro.
Inconvenientes para trabajadores
– El trabajador sólo es remunerado en los periodos de actividad, sin saber cuántos serán.
– El derecho a paro está sujeto a un mínimo tiempo de cotización.
Ejemplo donde aplicar el contrato fijo discontinuo
Como decíamos, este tipo de contrato es idóneo para actividades supeditadas a una estacionalidad, como en los siguientes casos:
– Centros de estudios: existe el periodo escolar y el de las vacaciones de los estudiantes. Por ello este contrato puede aplicarse con todo el personal relacionado, como profesores, personal de limpieza, de comedor, transporte, etc.
– Hostelería y restauración: los trabajadores de este sector son más demandados en verano, en puentes y en diferentes fechas vacacionales.
– Ocio estacional: podríamos destacar las actividades relacionadas con los deportes estivales (playa y piscina) y los invernales (montaña y nieve).
– Agricultura: existen unas fechas, como las de la recolecta, donde es necesaria mucha más mano de obra.
¿Cuándo usar un contrato de corta duración?
Por el contrato, el contrato de corta duración podría ser utilizado en casos mucho más ocasionales como:
– Periodos muy concretos e inesperados.
– Por baja de algún empleado en plantilla.
– Contratos formativos.
En cualquiera de los casos, siempre es muy importante elegir el modelo de contrato correcto, evitando así caer en un fraude de ley, evitando sanciones en una inspección de trabajo. Para ello será importante un buen trabajo y coordinación entre el departamento de recursos humanos, la selección de personal y el los servicios jurídicos de la empresa.