Si hay una figura de la que la empresa nunca desea hacer uso, esa es la del despido procedente. Pero pueden darse ciertas circunstancias que no permitan otra opción. A continuación, vamos a dar más detalles sobre esta situación y las posibles causas.
¿Qué es un despido procedente?
El despido procedente es una finalización de contrato, de manera drástica por decisión de la empresa, debido a motivos graves que avalen esta decisión ante la ley. Y éstas, viene reflejadas en el Artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores.
También es conocido como despido disciplinario. Y siempre deberá estar documentado y justificado correctamente para evitar problemas en una posible reclamación del trabajador ante la justicia.
Causas de un despido procedente
Existen varias causas en las que una empresa puede aplicar un despido procedente. Vamos a comentar unas que pueden ser las más comunes. Y, cabe aclarar que, en la mayoría de las situaciones que vamos a ver, será necesario una reiteración.
1. Impuntualidad
Existen trabajos que por su naturaleza, o debido simplemente a normas internas, no permiten faltas de puntualidad. Y, por supuesto, también serían motivo de despido procedente las faltas de asistencia injustificadas. Todo ello, además de un posible falta de respeto al resto de los compañeros, puede suponer consecuencias graves en la productividad para la empresa.
2. Desobediencia
El empleado, dentro de un contexto lógico, debe cumplir con las instrucciones recibidas por la empresa. No puede negarse a realizar las tareas que se le han sido asignadas por sus superiores y por las cuales ha sido contratado.
3. Realizar ofensas importantes
Son faltas muy graves realizar agresiones tanto físicas como verbales. A cualquier persona de la empresa o relacionada con esta en un ámbito laboral. Así, el uso de la violencia, o de insultos, puede ser motivo de un despido inmediato. Es más que obvio que estas actitudes deterioran el ambiente de trabajo y denigran a las víctimas.
4. Bajo rendimiento
Un empleado no puede reducir de manera significativa, constante e injustificada su rendimiento. Pueden existir motivos para el uso de ciertos permisos en condiciones que dificultan seriamente la actividad en el trabajo, pero deberán ser argumentados correctamente.
5. Robo
No se puede hacer un uso indebido de los recursos de la empresa. Ni, mucho menos, apropiarse de ellos sin permiso, haciendo uso del engaño. Se debe respetar la buena fe contractual. Lo contrario, supone un deterioro grave de la confianza de la empresa con el empleado, y un justificado final de la relación profesional.
6. Presentarse en estado de embriaguez
El trabajador no puede consumir alcohol ni sustancias estupefacientes durante su jornada laboral. Ni, por supuesto, realizar un consumo previo a ella que afecte su estado y su rendimiento. Si eso se demuestra, es una clara causa de despido procedente.
7. No realizar el registro de jornada
La última responsable de que se lleve un correcto registro horario es la empresa, pero el trabajador también tiene la obligación de cumplir con su parte y fichar sus jornadas. Una falta reiterada de ello, podría considerarse como una desobediencia y, por lo tanto, suponer un despido procedente. Previamente, la empresa debe informar de la importancia de realizar el control horario y de las posibles graves consecuencias de lo contrario, tanto para la empresa como, en este caso, para el trabajador.