Muchos empleos posibilitan la existencia de un modelo de jornada intensiva. Además, la evolución de los mismos y de la sociedad puede hacer que se haga aun más frecuente. Para ello la empresa debe valorar las ventajas y desventajas que puede conllevar ese tipo de jornada.
¿Qué es la jornada intensiva?
La jornada intensiva es un modelo de distribución de las horas de trabajo por el cual se concentran en una franja reducida. Es decir, el empleado trabajará las horas estipuladas por jornada, pero en el mejor espacio de tiempo posible, evitando así las jornadas partidas y los largos periodos de pausa.
También existe la posibilidad de concentrar las horas semanales en menos días para así poder dejar jornadas libres. En cualquiera de los casos, por supuesto, deberá respetarse el Estatuto de los Trabajadores y los convenios para no superar el número de horas máximo por jornada y los tiempos de descanso.
Las jornadas intensivas de mañana o tarde suelen ser las fórmulas habituales. Y, más frecuentemente, por la mañana en verano, cuando se busca que los empleados puedan disfrutar de las horas de luz durante las largas tardes. Con ello, el empleado podrá disponer de más tiempo para él, para la conciliación familiar, para el ocio, etc.
Ventajas e inconvenientes para la empresa
Es importante que las empresas valoren cómo repercutiría en su producción y resultados. Siempre dependerá de cada actividad, empleo y modo de organización de la compañía.
Ventajas de jornada intensiva
– Bienestar de los empleados: se favorecerá la conciliación personal, familiar y laboral. Y esto podría ser considerado como salario emocional, llegando a provocar una motivación, implicación, y retención del talento.
– Aumento de productividad: otro de los efectos del bienestar de los empleados es su mejora del rendimiento. En otros casos, como veremos más adelante, podría provocarse el efecto contrario.
– Ahorro de energía y recursos: si es posible acortar la duración de la jornada, también se podrá reducir el gasto eléctrico en instalaciones (iluminación, climatización, etc.). Esto además repercutirá positivamente en el medio ambiente.
– Imagen de empresa: incluir nuevos y positivos métodos proyectará a la corporación como moderna y empática con los empleados. Esto además podría servir para atraer talento sin necesidad de realizar una búsqueda activa.
Inconvenientes de jornada intensiva
– Empleos incompatibles: existen actividades con las que es difícil compatibilizar la jornada intensiva. Diferentes necesidades o características podrían hacer inviable su implantación, como en situaciones donde se requiera de específicos horarios de atención al cliente, comercios, etc. Así, podría verse afectada la satisfacción de esos clientes.
– Convenios especiales: es necesario revisar todas las leyes y acuerdos, y tener especial cuidado para no cometer irregularidades. Existen diferentes empleos que, por su naturaleza, requerirán de unas horas mínimas de descanso entre turnos y entre jornadas. Incumplirlo podría tener importantes consecuencias ante una inspección de trabajo.
– Dificultades en coordinación: puede darse que las jornadas intensivas (trabajadores) no coincidan, por lo que se dificultarían las interacciones y, así, la organización de los cometidos. Especialmente si, para completar tareas o proyectos, se necesita trabajar en conjunto.
– Necesidad de adaptación: principalmente cuando los cambios son temporales, las rutinas se ven afectadas. De esta forma, el periodo de ajustes puede afectar a la producción de los empleados. Hablamos tanto del cambio de jornada convencional a intensiva, como del contrario.
El registro horario de la jornada intensiva
Independientemente del tipo de jornada que se realice, es necesario realizar el control horario de los trabajadores. La principal salvedad es que el número de descansos a registrar serán menores o inexistentes, pero igualmente deberán ser registrados si existen. Así como la hora exacta de entrada y salida del empleado. Y es que las autoridades siempre recomiendan que el registro sea lo más detallado y completo para así evitar posibles multas.