La reducción de jornada que muy pronto se va a aprobar, va a ir acompañada de importantes medidas. Y éstas, además de la propia reducción de horas, va a suponer otras consecuencias para la empresa.
Es una importante reforma del Gobierno que ya está terminando de concretarse. Las empresas que entre sus políticas y convenios utilizados no contarán con jornadas inferiores a las 40 horas permitidas hasta ahora, tendrán que saber adaptarse de manera obligada. Por suerte para ellas, esta reducción de jornada está planteada de manera gradual.
Una reducción de jornada por fases
Como venimos comentando en este blog, desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social pretenden facilitar el cambio a las empresas añadiendo un periodo de adaptación. Se espera que en septiembre de 2024 arranque este nuevo contexto.
- Reducción a 38,5 horas semanales: su aplicación será obligada desde en el primer momento, que se espera que sea en septiembre de 2024.
- Reducción a 37,5 horas semanales: es la meta, y el objetivo inicial de Yolanda Díaz y su ministerio es el de su aplicación para el 1 de enero de 2025.
No obstante, existen rumores que afirman una mayor flexibilización para esta reducción definitiva, pudiéndose aplicar a lo largo del 2025 para algunos casos.
Consecuencias de la reducción de jornada para la empresa
El número de horas de la jornada laboral seguirá un proceso, pero otros efectos y normativas serán una realidad en el momento en que se active esa reducción de jornada.
1. Mayor productividad
No habrá otra opción. Si las empresas quieren mantener sus balances económicos, tendrán que adaptar los procesos para ser más productivas. Por ello será necesario buscar alternativas, nuevas herramientas y continuas mejoras.
Las compañías que lo consigan, habrán logrado una optimización de los recursos, que a su vez las animaría a seguir mejorando en esos procesos para aumentar la productividad. Y, las que no sean capaces de adaptarse a la reducción de jornada, se verán obligadas a plantearse su viabilidad y futuro.
2. Digitalización
En esa adaptación de procesos tendrá una importancia relevante la digitalización. Esta es la que va a permitir acelerar los procesos en las empresas y ser más eficaces.
Hay que contar con herramientas que faciliten el día a día de las empresas, en todos sus ámbitos: gestión, producción, comunicación, etc.
3. Registro horario digital obligatorio
Hay que decir adiós al registro de la jornada de los trabajadores en papel. Es una de las medidas más importantes relacionadas con la reducción de jornada. La nueva ley de control horario de los trabajadores obligará a que éste se realice de manera digital.
Es una orden clave ya que, a través de este registro de la jornada digital, desde el Gobierno quieren asegurarse del cumplimiento de la reducción. Con él, Inspección podrá acceder a los registros de manera telemática y en cualquier momento. Y las empresas que no se adapten estarían equiparadas a aquellas que no realizan un control horario alguno. Por ello, ineludiblemente, deberán contar con algún software o aplicaciones para el control horario laboral.
4. Bienestar de los trabajadores
Lógicamente, los empleados estarán más cómodos trabajando menos horas sin sufrir ninguna merma salarial. Esto podría provocar un aumento de la motivación de los empleados y de su productividad.
Además, este bienestar puede favorecer la retención de talento. Algo que evita la pérdida de tiempo en la búsqueda de perfiles y en la asimilación de los procesos de estos nuevos empleados.
En definitiva, aunque el escenario que se presenta para las empresas no es demasiado halagüeño, éstas deben tratar de mitigar los daños, o incluso de sacar ventajas de la situación. Para ello, deberán estar preparadas. Desde el Gobierno no habrá una vuelta atrás, y muy pronto todo esto será una realidad.